Freelancer

¿De dónde proviene la palabra freelancer? 

El origen de la palabra se da en la Edad Media, donde los caballeros y mercenarios que no debían lealtad a un Lord en concreto, ofrecían sus servicios con buen uso de lanza al mejor postor. Cumplían su misión y tomaban el siguiente trabajo y de eso vivían. A partir del año 1886 ya se utilizaba el vocablo para referirse a los trabajadores independientes y en el 1888 ya se utilizaba para profesionales de la prensa. Se extendió a diseñadores, periodistas, fotógrafos y traductores, entre otros, que ofrecen sus servicios en portales que ofrecen servicios de freelancers (y que buscan contratar también), en bolsas de trabajo o directamente son promocionados con los trabajos que van realizando.

¿Por qué las personas eligen esta modalidad de trabajo?

La elección de trabajar de esta manera puede ser por múltiples razones: viajar libremente, criar los hijos en casa, no tener jefe, la falta de un empleo formal, no estar conforme con trabajar en un medio específico (desacuerdos de principios, políticas, salario). De a poco fue instalándose trabajar así y ya forma parte del mercado laboral, incluso como una opción única de trabajo. Esta modalidad permite al profesional trabajar en su casa, desarrollarse como profesional de manera autónoma, en el área que prefiera o que sea más lucrativa.

Algunos detalles a tener en cuenta

Se tienen que tener en cuenta algunos puntos clave para desarrollarse profesionalmente como freelancer como tener motivación interna, ser proactivos, responsables, comprometidos con el trabajo que realizan, estar dispuestos a trabajar sin estructuras, saber manejar el tiempo e invertirlo bien. Una persona desmotivada no puede tomar este trabajo, tampoco así aquellos que necesitan estar bajo presión para un buen rendimiento.

El lugar de trabajo también es importante. Más allá de que la idea es trabajar desde casa, también tiene que ser un sitio cómodo, donde no haya distracciones, porque de la calidad del trabajo depende el resultado. Muchos optan, además del hogar propio, por bares, oficinas o espacios de co-working. Mientras haya conexión de wifi y un ambiente tranquilo, se pueden realizar proyectos muy buenos.

Habilidades

Las habilidades que se requieren en esta dinámica de trabajo son de acuerdo al sector en el que se va a desarrollar el profesional, si es en periodismo, por ejemplo, deberá estar actualizado, saber redactar correctamente, ser creativo, tener un buen manejo de las redes sociales, quizás tener un blog. Básicamente, ser bueno en lo que uno sabe hacer, si por ejemplo se solicita un traductor para un guion escrito en inglés y pasarlo a castellano, y el postulante no sabe inglés a la perfección, no debe aceptar ese proyecto, por razones obvias, y además porque afecta su propia imagen. De todos modos, si se está registrado en alguna página como Freelancer.com, la plataforma se encarga de realizar el pago, de mediar en caso de que se produzca un desacuerdo, y de asegurarse que el trabajo esté bien hecho,por lo que para ingresar se deben especificar habilidades, especialización, título, trabajos hechos, entre otras cosas.

Algunas conclusiones

No es fácil, pero tampoco es imposible. Como todo trabajo conlleva responsabilidad y compromiso. El hecho de “ser tu propio jefe” puede generar una confusión, ya que aquellos que contratan los servicios de un freelancer ponen una fecha límite de entrega, ciertas especificaciones de cómo realizar el proyecto, competencia con la oferta de otros freelancers, como muchos jefes a la vez. Hay que saber manejar los tiempos, saber decir que no y elegir bien los desafíos que se presentan. ¿Pero quién puede ponerle un precio a trabajar con libertad?