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Alejandro Lucero, Jefe de Desarrollo Organizacional Farmacias del Plata

 

Entrevista

¿Cómo empezaste en RRHH?

Se dio naturalmente. Yo trabajaba en un rol administrativo en un lugar donde se dieron una serie de factores que me posicionaron como líder de un equipo. Empecé con 5 personas a cargo, y al tiempo tenía 20 personas. Me di cuenta que necesitaba poder organizar todo ese grupo, necesitaba convertirlo en un equipo pero no tenía las herramientas. Ahí decidí formarme en RRHH.

 

¿Te habías formado en algo antes de eso?

Sí, estudiaba Farmacia, pero no me terminaba de convencer. Siempre me gustó el rubro de salud pero me sentía más cerca de las Personas que del conocimiento técnico del rubro. Después dejé esa formación y me dediqué sólo a trabajar.

 

¿Después hiciste una formación en Coaching?

Así es. Me había interesado por el Coaching Ontológico pero los tiempos nunca me dieron, o yo no me hacía el lugar porque trabajaba muchísimo. Hasta que encontré otra escuela, la de Coaching Psicológico Integral, y me formé ahí. En ese momento la formación la daba Fernando Osta y Miguel Furque. Me abrió mucho la forma de ver las cosas, realmente me sirvió muchísimo a nivel personal y eso empecé a llevarlo al trabajo. Sobre todo a nivel de comunicación, herramientas claras y concretas. Hice un trabajo introspectivo para tomar valor sobre mí mismo, y a partir de allí aprender a ver el valor en los demás.

 

¿Y te formaste sólo en habilidades blandas?

No, personalmente creo que no puede coordinarse todo un área sólo desde lo blando. Después de mis formaciones en RRHH y Coaching, hice un MBA en la Escuela Europea de Negocios. Me abrió la mentalidad hacia una mirada global de la Organización, aprender a hacer pie sobre la estructura de administración y desarrollo.

 

Entonces desde tu experiencia, ¿Cómo despertás el talento en las personas?

Es un arte, y un gran desafío. Primero para mí la persona tiene que saber lo que le gusta hacer, para poder trabajar en eso, pero son muy pocos los que realmente lo saben o se animan a explorarlo. No es fácil salir de los mandatos familiares o sociales, pero creo firmemente que hay que viajar hacia uno mismo siempre para buscar lo que disfrutemos hacer, ya que el trabajo ocupa una parte central en nuestras vidas, no podemos negociar algo tan vital.

 

¿Y eso cómo se logra?

Creo que es muy importante tener facilitadores que te ayuden a buscar tu pasión, tus talentos. Yo por ejemplo tuve la suerte de compartir e intercambiar conocimientos con Antonio Ángel Pérez Ballester, autor del libro Encender las Estrellas, que desde hace seis años comparte talleres con su metodología «La aventura de re descubrir tus talentos» y me resultó super revelador. Lo trabajamos junto a Fundación Mayo, una consultora propia que creamos junto a colegas y amigas de recursos humanos. Preguntas clave como “¿Qué es lo que realmente disfrutas hacer?”, “¿Por qué cosas te gustaría ser recordado cuando cumplas 80 años?”, y luego llevar esas respuestas al mercado: “¿Quién está dispuesto a pagar por eso?”, “¿De qué forma creo un valor en la sociedad a través de mis gustos personales?”. Considero que ese tipo de cuestionamientos resultan fundamentales para que alguien logre encontrar un camino y dar lo mejor de sí.

 

Y si tuvieras que definirte como profesional… ¿Cómo lo harías?

Qué pregunta… creo que esto de trabajar tiene que dejar de ser concebido como una especie de tortura para pasar a ser una búsqueda de la felicidad, y obvio que podés tener un mejor día o un mal día, pero no puede cesar la búsqueda de la propia felicidad. Y eso tiene que partir de un enfoque consciente. Yo diría que personalmente soy una persona positiva, entusiasta y que busca la satisfacción en el trabajo permanentemente. Y además hago mucho fuera del trabajo, creo que eso también es importante.

 

Si tuvieras que definir oportunidades de mejora tuyas, ¿Qué dirías?

Bueno, no me gustan mucho los números. Aprendí que es importante para gestionar un área, por lo cual lo he aprendido, pero quisiera mejorarlo aún más, volverme más preciso con la información crítica, lograr medir con mucha agudeza los indicadores clave. Lo complejo por ahí es aprender a medir lo blando, pero todo es posible y es parte de una práctica de volvernos cada vez más precisos.

 

¿Y te imaginas un programa para Gerentes o Jefes que unifique todas las competencias que ves claves en Liderazgo?

Sí, de hecho tenemos formaciones transversales a los puestos directivos, pero puedo decir que tenemos la cultura que buscamos. Venimos trabajando hace varios años en Desarrollo Organizacional y eso nos ha permitido avanzar mucho en términos de Gestión del Talento. Por supuesto que siempre se puede mejorar, y seguimos haciéndolo año a año. Nuestra estrategia ha sido focalizarnos punto por punto, hacer diagramas de desarrollo con Competencias puntuales. A partir de un objetivo general, bajamos los objetivos por área, y de ahí bajamos a 1 o 2 proyectos de formación, no más para no dispersar y poder asegurar resultados.

 

¿Cuánto llevas en Grupo del Plata Salud y cómo creés que llegaste?

Llevo casi 10 años, y creo que llegué por la ayuda que obtuve de mis líderes en la Organización. Siempre he sido muy agradecido con ellos, realmente creo que ellos me ayudaron a ser quien soy. No concibo el crecimiento personal sin estar de la mano junto a otros, de quienes te orientan día a día a crecer como colaborador para el día de mañana ser un líder. Tengo un enorme sentimiento de gratitud con Grupo del Plata Salud.

 

¿Qué competencias no le pueden faltar a un líder?

Se me vienen un montón, pero si tuviera que elegir diría que primero debe conocer a la perfección su rol y su esfera técnica, sus tareas específicas en ese nivel, su responsabilidad. Luego de eso, ser consciente de que la gente lo observa, lo sigue y lo imita. Entonces un líder debe preguntarse, “¿Cómo quiero que sea mi equipo?”, entonces así debe ser él. Por momentos habrá que ser más humanos, por momentos “menos humano” o más frío, aprender a tener esa cintura, haciendo siempre entender a la gente el para qué de las cosas, para que todos comprendan y sean parte de ese fenómeno y esa comprensión. Si querés que tu equipo tenga iniciativa, vos tenés que tenerla primero. Sos el custodio de los valores que querés replicar en tu gente. Si querés le ponemos nombres concretos: integridad, humildad, templanza, le llamamos como quieras, pero lo más importante es dar el ejemplo.

 

¿Qué te llama la atención cuando tenés que incorporar a alguien? ¿Qué mirás en un candidato?

Hoy busco personas que sepan tener un equilibrio intergeneracional. Digamos, que no sean tan cuestionadores de las estructuras, o sea que se adapten, pero que al mismo tiempo tengan el pensamiento crítico propio de su generación. Hoy la mayoría de la población laboral activa es millennial, y eso va en aumento, entonces tenemos que negociar esos aspectos. Tenemos que buscar en los puestos que necesitamos cómo incorporamos nuevos paradigmas de selección, nuevas competencias y por lo tanto nuevas formas de relacionarnos con los talentos. Y si no encontrás a nadie, estás buscando mal…

 

¿Qué pregunta te gusta hacer en las entrevistas?

Yo pregunto siempre por conductas, busco entender los estilos de pensamiento. Cómo se para el candidato frente a ciertas situaciones, por ejemplo “¿Cómo resolviste una situación de alta incomodidad en el pasado?”. Y después me gusta preguntar en qué mundo se ve, dónde está parado, cómo concibe las cosas, y observo si se centra en el problema o en el resultado o la solución.

 

¿Cómo ves el Desarrollo Organizacional o la Gestión del Talento en el futuro?

Yo creo que en muchos lugares el cambio va a ser lento, sobre todo en los lugares más tradicionalistas. Pero todo está cambiando, por lo tanto quienes más rápido hagan una lectura situacional de cómo está el trabajo interno de las empresas, más rápido van a crecer. Y creo que todo va hacia el paradigma millennial: comprender mejor lo que hacemos, trabajar más felices, buscar más la felicidad o la satisfacción. Hoy los millennials no olvidan su propia persona ante el trabajo, y eso involucra grandes cambios a niveles organizacionales que se irán dando con el tiempo y que ya están sucediendo. Vamos a tener que aprender a fidelizar genuinamente el talento.

 

¡Gracias Alejandro!